El valle del Jurá en Francia es una zona tradicionalmente vinculada a la fabricación de juguetes, como en Alemania lo es Núremberg o en España, Ibi. No muy lejos se encuentra la población de Villars-d’Héria, situada a una hora en coche de Ginebra, en la que en 1936 montó su taller André Monneret, cuyos Jouets Monneret principalmente hechos de madera alcanzaron cierta repercusión. La pequeña empresa creó la marca comercial Eria, homenaje a la población que la albergaba, con la que distribuía sus productos en las tiendas de la cadena Prisunic. Después de la Segunda Guerra Mundial la fábrica se mudó cuarenta kilómetros al norte a la población de Lons le Saulnier y, en un establecimiento más grande, amplió notablemente la variedad de su catálogo, hasta el punto de ser capaz de ofrecer también miniaturas de coches en metal inyectado. Su producción automovilística tuvo como destino los locales de las cadenas comerciales Prisunic y Monoprix donde fueron comercializados con la marca blanca Punch, que con el tiempo englobó también miniaturas fabricadas por Minialuxe. El investigador Yvan Lacroix señala en su libro ‘Histoire du jouet depuis le Jura’ que la serie se inició en 1957. Dos de las miniaturas comercializadas por Eria bajo la marca Punch habían tenido su origen en la empresa Quiralu, que quebró en 1961 y cuya fábrica cerró sus puertas en 1962, y los herrajes para su fabricación acabaron en manos de la sociedad Monneret. En el año 1963, según Jean Michel Tisné, experto de la sociedad Collectis, se incorporaron a la serie Eria-Punch. Las miniaturas creadas por Monneret están diseñadas a una poco usual escala 1/50 y son muy sencillas, careciendo de interior o suspensión. Se comercializaban en atractivas cajas de cartón ilustradas, primero rojas y blancas y más tarde rojas y amarillas.
A partir de esta referencia los modelos cuentan con cristales y la caja tiene un diseño diferente.
Originalmente era un modelo de Quiralu.
Originalmente era un modelo de Quiralu.
Con decoración heredada del modelo equivalente de Quiralu.
En los años ochenta la sociedad Ludex adquirió la marca Quiralu, parte de sus moldes supervivientes y, además, ciertos modelos creados en su momento por Eria, llevando a cabo una reedición limitada. En 1990 la empresa LBS, conocida por su marca Eligor, volvió a editar aquellos modelos hasta 1996, desarrollando una infinidad de variantes comerciales y combinaciones de color. Los modelos procedentes de Eria, cuyo origen no debe asociarse a Quiralu, aunque se distribuyeran en los años noventa bajo esa marca, fueron Peugeot 404, Citroën DS19 Break y Renault Estafette. Resulta extraño que hoy en día aquellas réplicas modernas alcancen cotizaciones superiores a las de los originales.
